Kathleen tiene ochenta años. Después de un incidente con un intruso, su hija quiere que se mude a una residencia para mayores. Ella no está dispuesta a eso. Lo que anhela, lo que necesita, son aventuras. Liza se asfixia con el estrés diario de la vida familiar. Lo último que le falta es ver a su madre viviendo unas vacaciones salvajes, y eso la hace soñar con su propia escapada en solitario. Martha, de 25 años, tiene una crisis vital. Desempleada, sin amor y sin inspiración, su vida está hecha un desastre. Pero sabe que algo tiene que cambiar. Cuando Martha ve el anuncio de Kathleen buscando conductora y acompañante para realizar un viaje épico por carretera a través de Estados Unidos, decide que ese trabajo puede ser la respuesta a sus oraciones. ¿Viajar con una desconocida? Ningún problema. No es la mejor conductora del mundo, pero no puede ser peor que volver a vivir con sus padres. Y, de todos modos, ¿cuántos problemas podría causarle una mujer de ochenta años? A medida que estas mujeres se embarcan en el viaje de su vida, descubren que nunca es demasiado tarde para la aventura.