Madrid, 1837. El escritor Mariano José de Larra vive en la zozobra que le producen su país y el amor. A pesar de todo, aún dispone de algúntiempo para tener breves encuentros con jóvenes aspirantes aconvertirse en escritores... ignorantes de que, tal vez, se disponen a abrir una puerta a la oscuridad.
Costa cantábrica,actualidad. Ricardo Rivas, un octogenario y exitoso escritor al queapodan el Duque de las Letras, recibe en una noche de tormenta lainesperada visita de su hija Elena, una científica de primer nivel. Es un encuentro lleno de recuerdos del pasado, nostalgia y donde flotael deseo de reencontrarse con mayor frecuencia.
Pero no es el único motivo de la visita de Elena.
En realidad, ella traeconsigo su nueva invención, el resultado de muchos años de trabajo, un artilugio capaz de explorar zonas tenebrosas y macabras del pasado. Y que, también, podría dar luz a los últimos días en la vida de Mariano José de Larra. Algo, en definitiva, capaz de provocar grandes cambios en la historia.