Tras seducir a un millón y medio de lectores en castellano, Sarah Lark cierra su magistral «Trilogía del árbol Kauri». Ahora, además de las habituales sagas familiares ambientadas en un país exótico, Lark nos habla de las pioneras de las conquistas sociales femeninas: primero el sufragio, después el acceso a la universidad y, por último, la posibilidad de volar, volar, volar... «Echaron a volar sus cometas y sus sueños hacia los dioses. Y aquellas se llevaron consigo la tristeza.» Nueva Zelanda, 1899. El hijo de Lizzie y Michael Drury es enviado como médico a Sudáfrica, donde se libra la guerra de los Bóers. Pero Roberta luchará para estar con él a toda costa. Paralelamente, la joven Atamarie obtiene una importante victoria: ser la primera mujer que cursa estudios de Ingeniería en la Universidad de Nueva Zelanda. Desde niña le fascinaron las cometas maoríes, y ahora esta afición le permite conocer al pionero de la aviación mundial.