Estar al margen es ser parte del todo, pero fuera del cuerpo principal», escribe Bell Hooks. A partir de su trayectoria biográfica dentro de una comunidad negra en su Kentucky natal y luego como estudiante y académica negra en el movimiento feminista, Hooks nos ofrece una mirada particular, al mismo tiempo desde dentro y desde fuera del núcleo del dominio capitalista, blanco y patriarcal. La crítica teórica de Hooks es aguda y fuerte: la teoría feminista carece de totalidad, carece del análisis general que podría abarcar una variedad de experiencias humanas, porque sus más visibles promotoras, mujeres blancas burguesas, han imprimido a las prioridades y propuestas del movimiento feminista un fuerte sesgo de clase y «raza». El feminismo persigue el fin de la opresión sexual en todas sus formas, no solo la igualdad de las mujeres con los hombres o la libertad individual de las mujeres. Su propuesta es aún más fuerte: el feminismo debe convertirse en un movimiento político de masas. Para que esto sea posible hay que transformar la teoría y la práctica. El movimiento feminista debe interpelar a la gran mayoría d