En 1810 comienza una segunda invasión francesa, que pretende cambiar la manera de vivir en España. En todos los lugares de la nación se hace frente a los invasores, pero en Andalucía se le combate con ardor, recibiendo por ello sus pueblos un trato de sangre, fuego, saqueo, destrucción y muerte. Esa fue la revancha de los franceses.